"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

domingo, 20 de diciembre de 2009

MITOLOGIA CANANEA -EPOPEYA DE AQHAT--

MITOLOGIA CANANEA
Epopeya de Aqhat


Rito de incubatio

[De Aqhat]
(Laguna de unas 10 líneas)
Entonces Daniel, el Refaí, a continuación el Prócer Harnamí, revestido a los dioses alimentó, revestido dio de beber a los santos. Se quitó su atuendo, se echó encima y se acostó, se quitó su veste y pernoctó He aquí un día y otro revestido a los dioses Daniel, revestido a los dioses alimentó, revestido dio de beber a los santos. Un tercer y cuarto día revestido a los dioses Daniel, revestido a los dioses alimentó, revestido dio de beber a los santos. Un quinto y sexto día revestido a los dioses Daniel, revestido a los dioses alimentó, revestido dio de beber a los santos. Se quitó su atuendo Daniel, se quitó su atuendo, se echó encima y se acostó, se quitó su veste y pernoctó.

Teofanía de Baal

Y, ¡mira!, al séptimo día se acostó, sí, Baal compadecido de la miseria de Daniel, el Refaí, del quejido del Prócer Harnamí, el que no tenía hijo como sus hermanos, no descendencia como sus parientes:
- ¡Que pueda tener un hijo como sus hermanos y descendencia como sus parientes, el que revestido a los dioses alimenta, revestido da de beber a los santos! Bendícelo, ¡oh Toro EL!, padre mío, confórtalo, ¡oh Creador de las creaturas! Y haya un hijo suyo en su casa, descendencia en su palacio:

El hijo ideal: pedido

que erija la estela de su dios familiar, en el santuario, el cipo votivo de su gente; que de la `tierra' libere su `espíritu', del `polvo' proteja sus restos; que cierra las mandíbulas de sus detractores, expulse al que le haga algo; que le tome por la mano en su embriaguez, cargue con él cuando esté harto de vino; que consuma su ración en el templo de Baal, y su porción en el santuario de El; que revoque su tejado cuando se forme barro, lave sus vestidos cuando se ensucien.

Bendición divina

Una copa tomó El en su mano, un cáliz en su diestra. Bendijo, sí, a su siervo, bendijo a Daniel, el Refaí, confortó al Prócer Harnamí: - En su vigor reviva Daniel, el Refaí, en su apetito, el Prócer Harnamí; en su espíritu sienta él lozanía, a su lecho suba y se eche. Al besar a su esposa, haya concepción, al abrazarla, preñez, pariéndole su concepción, su preñez a Daniel, el Refaí.

El hijo ideal: concedido

Haya así un hijo suyo en su casa, descendencia en su palacio que erija la estela de su dios familiar, en el santuario el cipo votivo de tu gente; que de la `tierra' libere su espíritu, del `polvo' proteja sus restos, que cierre las mandíbulas de sus detractores, expulse al que le haga algo; que le tome por la mano en su embriaguez, cargue con él cuando esté harto de vino; que consuma su ración en el templo de Baal, y su porción en el santuario de El; que revoque su tejado cuando se forme barro, lave sus vestidos cuando se ensucien.

Transición de la bendición

Envió Baal a decir a Daniel, el Refaí, sus mensajeros al Prócer Harnamí: - En tu vigor revivirás, Daniel, el Refaí, en tu apetito, Prócer Harnamí; en tu espíritu sentirás lozanía, a tu lecho subirás y te echarás. Al besar a su esposa, habrá concepción, al abrazarla, preñez, pariéndote su concepción, su preñez a Daniel, el Refaí. Habrá así un hijo tuyo en tu casa, descendencia en tu palacio,

El hijo ideal: comunicado

que erija la estela de tu dios familiar, en el santuario el cipo votivo de tu gente; que de la `tierra' libere tu espíritu, del `polvo' proteja tus restos, que cierre las mandíbulas de tus detractores, expulse al que te haga algo; que te tome por la mano en tu embriaguez, cargue contigo cuando estés harto de vino; que consuma tu ración en el templo de Baal, y tu porción en el santuario de El; que revoque tu tejado cuando se forme barro, lave tus vestidos cuando se ensucien.

Reacción de Daniel

A Daniel el rostro se le iluminó y las cejas le resplandecieron por encima; desfrunció el ceño y se echó a reír, sus pies en el escabel apoyó. Alzó su voz y exclamó: - Yo me sentaré y descansaré, y reposará en mi interior mi alma, porque un hijo me va a nacer como a mis hermanos, descendencia como a mis parientes.

El hijo ideal: conseguido

que erija la estela de mi dios familiar, en el santuario el cipo votivo de mi gente; que de la `tierra' libere mi espíritu, del `polvo' proteja mis restos, que cierre las mandíbulas de mis detractores, expulse al que me haga algo; que me tome por la mano en mi embriaguez, cargue conmigo cuando esté harto de vino; que consuma mi ración en el templo de Baal, mi porción en el santuario de El; que revoque mi tejado cuando se forme barro, lave mis vestidos cuando se ensucien.

Escena de banquete

Se dirigió Daniel a su casa, marchó Daniel a su palacio. Entraron en su casa las Kotharot, las hijas del `Lucero', las Golondrinas. A continuación, Daniel, el Refaí, inmediatamente el Prócer harnamí, un buey sacrificó para las Kotharot, dio de comer y de beber a las Kotharot, a las hijas del `Lucero', las Golondrinas. He aquí, un día y otro dio de comer y de beber a las Kotharot, a las hijas del `Lucero', las Golondrinas. Un tercer y cuarto día dio de comer y de beber a las Kotharot, a las hijas del `Lucero', las Golondrinas. Un quinto y sexto día dio de comer y de beber a las Kotharot, a las hijas del `Lucero', las Golondrinas. dio de comer y de beber a las Kotharot, a las hijas del `Lucero', las Golondrinas. Y, ¡mira!, al séptimo día se marcharon de su casa las Kotharot, las hijas del `Lucero', las Golondrinas, dispensadoras de la delicia del lecho fecundo, de la belleza del lecho de procreación. Se sentó Daniel a contar sus meses: un mes y otro dejó transcurrir, un tercer y cuarto mes pasar. El décimo mes llegó y el seno de su mujer se abrió (?).
(Laguna de unas 10 líneas)

(Laguna de unas 12 líneas)

Teofanía cumplida

- Yo mismo llevaré un arco..., multiplicaré por cuatro las flechas. Y he aquí que al séptimo día, entonces Daniel, el Refaí, a continuación el Prócer Harnamí se alzó y se sentó a la entrada de la puerta, entre los nobles que en la era estaban a juzgar la causa de la viuda, dictaminar el caso del huérfano. Al alzar sus ojos, entonces lo vio, a través de mil acres, diez mil fanegas; la marcha de Kothar sí que vio, contempló el ligero paso de Hasis. He aquí que traía un arco, que había multiplicado por cuatro las flechas.

Banquete y regalo del arco

Al instante Daniel, el Refaí, acto seguido el Prócer Harnamí, en voz al ta a su mujer así gritó: - Escucha, Dueña Danatay, prepara un cordero de entre los añojo, para el apetito de Kothar-Hasis, para la gana de Hayán, el artesano ambidiestro. Da de comer, de beber, a los dioeses, reconforta y agasájales, a los Señores de Menfis, que de un dios es todo él. Escuchó la Dueña Danatay. Preparó un cordero de entre los añojos para el apetito de Kothar-Hasis, para la gana de Hayán, el artesano ambidiestro. Cuando llegó Kothar-Hasis, en las manos de Daniel puso el arco, en sus rodillas dejó las flechas. A continuación, Dueña Danatay dio de comer y beber a los dioses, les reconfortó y agasajó, al Señor de Menfis, que de un dios es todo él. Marchó Kothar a su tienda, Hayán a su mansión.

Entrega del arco al hijo

A continuación Daniel, el Refaí, acto seguido el Prócer Harnamí, el arco bautizó y bendijo, por cuenta de Aqhat sin dudar lo bautizó: - ¡Las primicias de tu caza, ¡oh hijo!, tráeme las primicias de tu caza, las primicias de la caza, sí, a mi palacio!
(Laguna de unas 11 líneas)

(Laguna de unas 9 líneas)

Escena de banquete

- Comed de toda clase de pan, bebed de toda clase de vino. Mientras comían y bebían los dioses se proporcionaron reses lechales, con un cuchillo `a la sal' filetes de cebón. Bebieron en cáliz de plata vino, en copa de oro sangre de cepas, escanciaron copa tras copa. De nuevo sirvieron los escanciadores, hicieron subir mosto... hasta que se agotó el vino elaborado. Del cinto/carcaj Aqhat tomó una flecha, quedó montado el arco, creación de Kothar.

La tentación de Anat, la seducida seductora

Al alzar sus ojos ella lo vio: resplandecía como un relámpago, su nervio como un rayo brillaba, como cuando conmueve el abismo un rayo. Apateció Anat disponer de sus flechas, montar el arco, creación de Kothar-Hasis, cuyos cuernos/ramas se curvaban como una serpiente. El cáliz tiró a tierra, su copa derramó en el suelo. Alzó su voz y exclamó: - Escucha, por favor, ¡oh, Prócer Aqhat!. Pide plata y te la daré, oro y te lo otorgaré; pero da tu arco a la Virgen Anat, tus flechas a la `Pretendida de los pueblos'. Y respondió el Prócer Aqhat: - Los más estupendos fresnos del Líbano, los más vigorosos nervios de los toros salvajes, los más estupendos cuernos de las cabras monteses, los más vigorosos tendones de los jarretes de toro, las más espléndidas cañas de los vastos cañaverales entrégalos a Kothar-Hasis y que haga un arco para Anat, flechas para la `Pretendida de los pueblos'. Respondió la Virgen Anat: - Pide vida, ¡oh, Prócer Aqhat!, pide vida y te la daré, inmortalidad y te la otorgaré. Te haré contar años como Baal, como el/los hijo(s) de El contarás meses. Como Baal de cierto da la vida y convida, al revivido convida y le ofrece de beber, mientras entona y canta en su presencia el aedo. yo misma también le corresponderé, daré la vida al Prócer Aqhat.

La tentación rechazada

Respondió el Prócer Aqhat: - No me embrolles, ¡oh, Virgen!, pues para un Prócer tus embrollos son un lodazal.
¿Qué es lo que un hombre consigue como destino último, qué alcanza un hombre como resultado final?
Esmalte se verterá sobre mi cabeza, `lechada' sobre mi cráneo; yo también moriré la muerte de todos, y como un mortal también pereceré. Además, te voy a decir otra cosa: Los arcos son propios de guerreros. ¿Acasó ahora se dedican a cazar con ellos las mujeres?

Amenaza de Anat

A carcajadas rió Anat, pero en su corazón tramó un plan y dijo: - Hazme caso, ¡oh, Prócer Aqhat!, hazme caso y a ti te haré caso yo. Si de seguro te salgo al paso en la senda de la rebeldía, te topo en el camino de la arrogancia, a mis pies te derribaré yo misma, al más apuesto y tenaz de los hombres.

Marcha de Anat

Alzó los pies y saltó a tierra. Puso entonces cara hacia El, que mora en la fuente de los dos ríos, en el seno del venero de los dos océanos. Se dirigió a la gruta de El y entró, en la morada del Rey, Padre de años. A los pies de El se inclinó y cayó, se postró y le rindió honores. Calumnió al Prócer Aqhat, denigró al hijo de Daniel, el Refaí. Y dijo la Virgen Anat, alzó su voz y exclamó: - Palabras insolentes pronunció Aqhat, se regodeó/escuchó...
(Laguna de unas 10 líneas)

Borde. El escriba fue Ilimilku, shubaní, discípulo de Attán, el Arúspice.

Amenaza de Anat

Entonces destruiré sus flechas, yo misma romperé su arco. Y respondió El, su padre: - Estás lívida de ira, Virgen Anat. Respondió la Virgen Anat: - En la estructura de tu casa, ¡oh, El!, en la estructura de tu casa no te complazcas, no te alegres en la excelsitud de tu palacio. De seguro yo puedo alcanzarlos con mi diestra, deshacerlos con la potencia de mi brazo. Puedo machacarte a ti la mollera, hacer correr por tu canicie sangre, por la canicie de tu barba, humores. ¡Y que venga Aqhat a salvarte, el hijo de Daniel venga a liberarte de las manos de la Virgen Anat!

Consentimiento de Ilu

Y respondió el Benigno, El, el Entrañable: - Ya sé, hija, que te pones lívida de ira y que no hay entre las diosas oposición como la tuya. Ve, hija, la iniquidad de tu corazón ejecuta, coge lo que tienes en tu interior, pon por obra lo que tiene tu pecho. De seguro tu contrincante será aplastado.

Invitación de Anat

La Virgen Anat partió, puso entonces cara hacia el Prócer Aqhat, a través de mil acres, diez mil fanegas. Y se echó a reír la Virgen Anat, alzó su voz y exclamó: - Escucha, por favor, ¡oh, Prócer Aqhat!. ¡Tú eres mi hermano y yo soy tu hermana!, mejor para ti que siete de tus `vengadores',
......
De la casa de mi padre me he escapado yo, vente tú de caza conmigo, yo te haré un hombre dichoso,
......
Yo te enseñaré a cazar... en la ciudad de Abiluma. Abiluma, la ciudad del príncipe Yarhu, cuya torre mil acres ocupa, diez mil fanegas su ciudad.
...... Yo me maquillaré... las pupilas...
(Laguna de unas 20 líneas)

Comunicación del plan

(Laguna de unas 20 líneas)
... romperá... a palmos, a trozos de dos codos. Partió la Virgen Anat, puso entonces cara hacia Yatipán, el guerrero devastador. Alzó su voz y exclamó: - Se ha instalado, ¡Yatipán!, el Prócer Aqhat en la ciudad de Abiluma, en Abiluma, la ciudad del Príncipe Yarhu.
¿No es cierto que se rehace ahora Yarhu en su cuerno izquierdo, en su cuerno derecho, de la debilidad los cuernos de su cabeza?
Y respondió Yatipán, el guerrero asolador: - Escucha, ¡oh, Virgen Anat! Por su arco tú le quieres herir, por sus flechas quitarle la vida. El Prócer Apuesto ha preparado toros y carneos cebones. Quédate tú en las grutas y nosotros nos camuflaremos al acecho.

Descripción del plan

Y respondió la Virgen Anat: - Hazme caso, Yatipán, y yo te haré caso a ti: te pondré como un águila en mi cinto, como un halcón en mi carcaj. Cuando se siente Aqhat a comer, el hijo de Daniel a nutrirse sobre él las águilas revolotearán, le acechará una bandada de halcones. Entre las águilas revolotearé yo misma, sobre Aqhat te colocaré. Golpéale dos veces en la mollera, tres por encima de la oreja. Derrama como un asesino su sangre, como un matarife por sus rodillas. ¡Que salga como un soplo su alma, como flema su aliento, como humo de las narices! Y así yo no dejaré vivo su vigor guerrero.

Ejecución del plan

Cogió a Yatipán, el guerrero asolador, le puso como un águila en su cinto, como un halcón en su carcaj. Cuando se sentó Aqhat a comer, el hijo de Daniel a nutrirse, sobre él las águilas revolotearon, le acechó una bandada de halcones. Entre las águilas revoloteó Anat, sobre Aqhat le colocó. Le golpeó dos veces en la mollera, tres por encima de la oreja. Derramó como un asesino su sangre, como un matarife por sus rodillas. Salió como un soplo su alma, como flema su espíritu, como humo de las narices.

Reacción de Anat

Contempló Anat el destrozo de su vigor guerrero, el exterminio de Aqhat y lloró: - ¡Hijo de Daniel!, no te puedo yo recrear, por tu arco, sí, te herí, por tus flechas te dejé sin vida. ¡Que mueran y que perezcan las aves, tus verdugos sean aniquilados!.

Lamento por un ataque frustrado

De Aqhat.
Se puso triste la Virgen Anat, de en medio de los cielos se dejó caer, Anat con el corazón afligido. Se había roto el arco y como una lira se había quebrado. Allí mismo se inclinó la Virgen Anat, se sentó y su voz en alto alzó: - Las armas como un diestro manejó: sus manos como un tañedor de lira, sus dedos como un tallador de piedra. Entonces hicieron presa sus dientes y como mocida en las entrañas le metieron, desgarrado por deseo divino. Y los adversarios decidieron la suerte, sus dos adversarios al Príncipe Aqhat abatieron, al prohombre de los prohombres. Como a una divina víbora en una cerca, como a un perro atado a su estaca le hice herir. Así pues, sólo por su arco le herí, por sus flechas no le dejó con vida, pero su arco no me fue entregado. Y por su muerte se marchitará el brote tierno, las primicias de la fruta de estío se agostarán, las espigas en su vaina.

Llegada de Pughat

Entonces Daniel, el Refaí, acto seguido el Prócer Harnamí se alzó y se sentó a la entrada de la puerta, entre los nobles que en la era estaban a juzgar la causa de la vida, dictaminar el caso del huérfano. Al alzar sus ojos la vio a través de mil acres, diez mil fanegas, la marcha de Pughat de veras vio.

Escena de mal augurio

Alzando sus ojos también ella lo había visto: la cebada en la era estaba agotada, en el campo el trigo marchito, ajados los brotes de las vides. Sobre la casa de su padre águilas revoloteaban, acechaba una bandada de halcones. Lloró Pughat en su corazón, derramó lágrimas en su interior.

Reacción y conjuro de Daniel

Se rasgó la veste de Daniel, el Refaí, la ropa del Prócer Harnamí. Luego Daniel, el Refaí, conjuró a las nubes, en la terrible sequía a la lluvia temprana: - ¡Que las nubes lluevan sobre la fruta de estío, el rocío se destile sobre las uvas! Pero durante siete años falló Baal, durante ocho el Auriga de las nubes; no hubo rocío ni orvallo, ni flujo de los dos océanos, ni dulzura de la voz de Baal. De veras se rasgó la veste de Daniel, el Refaí, la ropa del Prócer Harnamí.

Encargo y ejecución

En voz alta a su hija Daniel gritó: - Escucha Pughat, la que a hombros lleva el agua, la que recoge el rocío del vellocino, la que conoce el curso de las estrellas. Enjaeza el jumento, apareja el macho, pon mis riendas, las de plata, mis gualdrapas, las de oro amarillo. Escuchó Pughat, la que a hombros lleva el agua, la que recoge el rocío del vellocino, la que conoce el curso de las estrellas. Acto seguido enjaezó el jumento, a continuación aparejó el macho. Acto seguido aupó a su padre, le puso a losmos del jumento, en lo mejor de la grupa del macho.

Escena de conjuto

Arreóle Daniel, recorrió sus barbechos. Un tallo vio en el barbecho, un tallo atisbó en el erial. El tallo abrazó y besó exclamando: - ¡Ojalá, doquiera un tallo brote en el barbecho, un tallo crezca en el erial ardiente, te pueda recoger la mano del Prócer Aqhat y ponerte dentro del granero! Arreóle Daniel, recorrió rastrojos. Vio una espiga en el rastrojo, una espiga atisbó en el secano. Abrazó y basó la espiga exclamando: - ¡Ojalá, doquiera un tallo brote en el barbecho, un tallo crezca en el secano ardiente, te pueda recoger la mano del Prócer Aqhat y ponerte dentro del granero!

Revelación de la situación

No había aún salido de su boca la palabra, de sus labios el dicho, cuando alzando sus ojos ella lo vio. No había buen augurio en la marcha de los dos mensajeros. Inconexamente quería salir el mensaje, pro no les salía. - Fue golpeado dos veces en la cabeza, sobre los bubles habían liado un..., afeitadas, en cambio, estaban las trenzas. Y derramaban de veras lágrimas como cuartos de siclo........
- Con la ayuda de Safón, si obtenemos el triunfo, con la ayuda de Safón, si logramos la victoria, el enemigo será.....
Pero ahora, ¿qué es lo que puedo/podemos anunciaros, Daniel?
- Que golpeáronle la cabeza, sus sienes, que cayó a los pies de Anat, que ella no le dejó levantar. Hizo salir como un soplo su alma, como flema su espíritu, como humo de sus narices. A presencia de Daniel llegaron, alzaron su voz y exclamaron: - Escucha, ¡oh Daniel, el Refaí!, el Prócer Aqhat ha muerto.
Hizo salir la Virgen Anat como un soplo su alma, como flema su espíritu, como humo de sus narices.

Reacción de Daniel

A él los pies le temblaron, por encima su rostro sudó, por detrás los lomos se le doblaron, las junturas de su lomo se contrajeron, los músculos de su espalda. Alzó su voz y exclamó: - Voy a buscar al que mató a mi hijo, acabar con el que acabó con mi descenciencia.
................

Primera actuación de magia

Alzando sus ojos lo vio, observó en las nubes a las águilas. Alzó su voz y exclamó: - ¡Que rompa Baal las alas de las águilas, que les rompa Baal los remos!
Caigan a mis pies, que yo abriré sus entrañas para mirar, si hay sebo o si hay hueso. Lloraré y le enterraré, le pondré en la caberna de los dioses de la tierra. Apenas salió de su boca la palabra, de sus labios el dicho, las alas de las águilas Baal rompió, Baal les rompió los remos. A sus pies cayeron, abrió sus entrañas y miró: no había sebo ni había hueso. Alzó su voz y exclamó: - ¡Que recomponga Baal las alas de las águilas, que les recomponga Baal los remos! ¡Que se echen las águilas a volar!

Segunda actuación de magia

Al alzar los ojos lo vio, observó a Hirgab, el padre de las águilas. Alzó su voz y exclamó: - ¡Que rompa Baal las alas de Hirgab, que le rompa Baal los remos!
Caiga a mis pies, que yo abriré sus entrañas para mirar si hay sebo o si hay hueso. Lloraré y le enterraré, le pondré en la caverna de los dioses de la tierra. Apenas salió de su boca la palabra, de sus labios el dicho, las alas de Hurgab Baal rompió, Baal le rompió los remos. A sus pies cayó, abrió sus entrañas y miró: no había sebo ni había hueso. Alzó su voz y exclamó:
- ¡Que recomponga Baal las alas de Hirgab, que le recomponga Baal los remos! ¡Que se eche Hirgab a volar!

Tercera actuación de magia

Al alzar los ojos lo vio, observó a Samal, la madre de las águilas. Alzó su voz y exclamó: - (Que rompa Baal las alas de Samarl, que le rompa Baal los remos! Caiga a mis pies, que yo abriré sus entrañas para mirar si hay sebo o si hay hueso. Lloraré y le enterraré, le pondré en la caverna de los dioses de la tierra. Apenas salió de su boca la palabra, de sus labios el dicho, las alas de Samal Baal rompió, Baal le rompió los remos. A sus pies cayó, abrió sus entrañas y miró: había sebo, había hueso.

Entierro de los restos de Aqhat

Recogió de entre ellos a Aqhat, sollozó, le veló lloró y le enterró, le enterró en una tumba, en un féretro sellado. Alzó la voz y exclamó: - ¡Que rompa Baal las alas de las águilas, que les rompra Baal los remos, si vuelan sobre el sepulcro de mi hijo, extraviándole en su sueño!

Triple maldición del lugar del crimen

A Qor-Mayim el Rey maldijo: - ¡Ay de ti, Qor-Mayim, sobre quien pesa la muerte del Prócer Aqhat!
Huésped seas siempre de santuario, desde ahora y por siempre seas un fugitivo, desde ahora y por todas las generaciones, cuyo báculo sea colocado el último. Llegó a Mirart-taghallil-binur, alzó su voz y exclamó:
- ¡Ay de ti, Mirart-taghallil-binur, sobre quien pesa la muerte del Prócer Aqhat! No brote tu raíz de la tierra, tu copa caiga a manos de los que de desarraiguen; desde ahora y por siempre seas un fugitivo, desde ahora y por todas las generaciones, cuyo báculo sea colocado el último. Llegó a la ciudad de Abiluma, Abiluma la ciudad del Príncipe Yarhu. Alzó su voz y exclamó: - ¡Ay de ti, ciudad de Abiluma, sobre quien pesa la muerte del Prócer Aqhat! Ciega te deje Baal, desde ahora y por siempre, desde ahora y por todas las generaciones, cuyo báculo sea colocado el último.

Escena de duelo

Se dirigió Daniel a su casa, marchó Daniel a su palacio. Entraron en su casa plañideras, en su palacio lamentadoras, en su mansión los que se laceran la piel. Lloraron al Prócer Aqhat, derramaron lágrimas por el hijo de Daniel, el Refaí. Durante días y meses, meses y años, hasta el séptimo año, lloraron al Prócer Aqhat, derramaron lágrimas por el hijo de Daniel, el Refaí. Y entonces, a los siete años, dijo Daniel, el Refaí, replicó el Prócer Harnamí, alzó su voz y exclamó: - Marchad de mi casa, plañideras, de mi palacio, lamentadoras, de mi mansión los que se laceran la piel. Y ofreció un sacrificio a los dioses, hizo subir su ofrenda de virilidad a los cielos, la ofrenda de los Harnamíes a las estrellas. Sobre ella echó Daniel la inculpación, sobre ella echó el compromiso juramentado. A su palacio volvieron las panderetas, las castañuelas de marfil a su casa.

Escena de bendición

Respondió Pughat, la que a hombros lleva el agua: - Ofreció mi padre un sacrificio a los dioses, hizo subir su ofrenda de virilidad a los cielos, la ofrenda de los Harnamíes a las estrellas. Bendíceme ahora para que vaya bendecida, confórtame para que me marche confortada, que voy a matar al que mató a mi hermano, acabar con el que acabó con mi congénere. Respondió Daniel, el Refaí: - En su vigor reviva Pughat, la que a hombros lleva el agua, la que recoge el rocío del vellocino, la que conoce el curso de las estrellas. Se esponje, sí, su ánimo, para matar al que mató a su hermano, acabar con el que acabó con su congénere.

Ejecución del plan

Entonces se sumergió en el mar, se lavó y se pintó de rojo, se pintó de rojo con caracoles de mar cuya exhalación se nota a veinte acres de él. Debajo se vistió ropas el Prócer, colocó la daga en su funda, la espada puso en su vaina y encima se vistió ropas de mujer. A la puesta de Shapash, la Lámpara de los dioses, entró Pughat en el campamento abierto; al ocaso de Shapash, la Lámpara de los dioses, llegó Pughat a las tiendas.

Escena de recibimiento y agasajo

Noticia fue dada a Yatipán: - Nuestra contratista entró en tus grutas, Anat/la Doncella vino a tus tiendas. Respondió Yatipán, el guerrero devastador: - Tómala y bebe vino, toma la copa de mi mano, el cáliz de mi diestra. La tomó Pughat y se la bebió, tomó la copa de su mano, el cáliz de su diestra.

El desenlace

Y resopndió Yatipán, el guerrero devastador: - Por el vino que bebe nuestro El, el dios del cielo, el dios que creó las grutas, la mano que hirió al Prócer Aqhat hiera a mil enemigos devastadores. Echó ella embrujos en las tiendas, y se retorció su ánimo como un cuerno de carnero, su corazón como una serpiente. Por dos veces le hinchó de vino, le dio a beber vino mezclado, ella le dio a beber.

Borde. Y esto se repite al hacer el relato.

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