"No hay decisiones buenas y malas, solo hay decisiones y somos esclavos de ellas." (Ntros.Ant.)

lunes, 12 de octubre de 2009

DESCENSO DE ISTAR AL MUNDO INFERIOR

Descenso de Istar al Mundo Inferior


El tema central de este mito es la detención de la diosa de la fertilidad (la Inanna sumeria, la Istar acádica) en el reino de los muertos y su retorno a la tierra de los vivos. El material cuneiforme existe en formas sumeria y acádica. Aquélla es evidentemente la primera. Aunque tenga varios puntos de contacto con la fuente más antigua, la versión semítica no es una simple traducción.

(Anverso)

A la Tierra sin Regreso, el reino de [Ereskigal],
Istar, hija de Sin, [dirigió] su espíritu. / Sí, la hija de Sin dirigió [su] espíritu A la casa sombría, morada de Irkal[la], A la casa de la que no sale quien entra, Al camino que carece de retorno, A la casa en que los que entran están sin l[uz], Donde polvo es su vianda y arcilla su comida, / (Donde) no ven luz, residiendo en tinieblas,
(10) (Donde) están vestidos como aves, con alas por vestido,
(Y donde) sobre la puerta y cerrojo se esparce el polvo. Cuando Istar llegó a la puerta de la Tierra sin Regreso, Dijo (estas) palabras al portero:
"¡Oh portero, abre tu puerta! / ¡Abre tu puerta para que pueda entrar! Si no abres la puerta para que entre, Derribaré la puerta, destrozaré el cerrojo, / Quebrantaré las jambas, moveré los batientes, Levantaré los muertos, comiendo a los vivos, / (20) Hasta que los muertos superen a los vivos".
El portero abrió la boca para hablar, / Diciendo a la loada Istar: "¡Detente, mi señora, no la derribes! / Anunciaré tu nombre a la Reina E[resk]igal".
El portero entró, diciendo [a] Eres[kigal]: "He aquí, tu hermana Istar espera en [la puerta], / La que celebra los grandes festivales, Que agita lo profundo ante Ea, el r[ey]".
Cuando Ereskigal oyó esto, / Su cara palideció como un tamarindo talado, En tanto que sus labios se oscurecían como una / (30) caña kuninu aplastada. "¿Qué guió su corazón hasta mí? )Qué impelió su espíritu hasta aquí? ¿Tendré que beber agua con los Anunnaki?
¿Habré de comer arcilla por pan, beber agua cenagosa por cerveza? ¿Habré de llorar a los hombres que dejan sus mujeres detrás? ¿Habré de llorar a las muchachas que fueron arrancadas del regazo de sus amantes? ¿(O) habré de llorar al tierno pequeñuelo que fue enviado antes de su tiempo? Anda, portero, ábrele la puerta, / Trátala de acuerdo con las antiguas reglas". Fue el portero (a) abrirle la puerta:
(40) "Entra, señora mía, que Kutah se pueda alborozar por ti, Que el palacio de la Tierra sin Regreso se alegre de tu presencia". Cuando la primera puerta le hizo cruzar, / Arrebató y quitó la gran corona de su cabeza. "¿Por qué, oh portero, quitaste la gran corona de mi cabeza?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Cuando la segunda puerta le hizo cruzar, Arrebató y quitó los pendientes de sus orejas. "¿ Por qué, oh portero, quitaste los pendientes de mis orejas?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Cuando la tercera puerta le hizo cruzar, / Arrebató y quitó las cadenas de su cuello. "¿Por qué, oh portero, quitaste las cadenas de mi cuello?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Cuando la cuarta puerta le hizo cruzar, / Arrebató y quitó los adornos de su pecho. "¿Por qué, oh portero, quitaste los adornos de mi pecho?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Cuando la quinta puerta le hizo cruzar,
Arrebató y quitó el ceñidor de piedras de alumbramiento de sus caderas. "¿Por qué, oh portero, quitaste el ceñidor de piedras de alumbramiento de mis caderas?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Cuando la sexta puerta le hizo cruzar, / Arrebató y quitó las abrazaderas de sus manos y pies. "¿Por qué, oh portero, quitaste las abrazaderas de mis manos y pies?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior".
(60) Cuando la séptima puerta le hizo cruzar, / Arrebató y quitó el calzón de su cuerpo. "¿ Por qué, oh portero, quitaste el calzón de mi cuerpo ?" "Pasa, señora mía, así son las reglas de la Dueña del Mundo Inferior". Así que Istar hubo descendido a la Tierra sin Regreso, Ereskigal la vio y saltó violentamente a su presencia. Istar, sin retroceder, voló hacia ella. Ereskigal abrió la boca para hablar, / Diciendo (estas) palabras a Namtar, su visir:
"¡Ve, Namtar; enciérra[la] [en] mi [palacio]! / Suelta contra ella, [contra] Istar, las sesenta [miserias]: Miseria de los ojos [contra] sus [ojos], (70) / Miseria de los costados [contra] sus [costados],
Miseria del corazón con[tra su corazón], / Miseria de los pies con[tra] sus [pies], Miseria de la cabeza con[tra su cabeza] - / ¡Contra cada parte de ella, contra [todo su cuerpo]!"
Después que la Señora Istar [hubo descendido al Mundo Inferior], El toro no cubre a la vaca, [el asno no monta a la burra], En la calle [el hombre no fecunda] a la doncella. El hombre yace [en su cámara, la doncella yace sobre su costado], (80) [... y]ace [... ].

(reverso)
La apariencia de Papsukkal, visir de los grandes dioses, Era decaída, su cara estaba [nublada]. / Vestía de luto, largo cabello llevaba. Avanzó Papsukkal ante Sin, su padre, llorando, / Deslizándose [sus] lágrimas delante de Ea, el rey: "Istar bajó al Mundo Inferior; no ha subido. Desde que Istar bajó a la Tierra sin Regreso, / El toro no cubre a la vaca, el asno no monta a la burra, En la calle el hombre no fecunda a la doncella. El hombre yace en su cámara, / (10) La doncella yace sobre su costado".
Ea en su sabio corazón concibió una imagen, / Y creó a Asusunamir, un eunuco: "Presto, Asusunamir, dirige tu rostro a la puerta de la Tierra sin Regreso; Las siete puertas de la Tierra sin Regreso se abrirán para ti. Ereskigal te verá y se alborozará de tu presencia. Cuando su corazón se aquieta, su talante es alegre; / Que pronuncie el juramento de los grandes dioses.
(Después) levanta tu cabeza, atendiendo a la bolsa de agua de vida: "Te ruego, Señora; permite que me den la bolsa de agua de vida, / Para que su agua pueda yo beber". En cuanto Ereskigal oyó aquello / Se golpeó el muslo, se mordió el dedo: "Me pediste algo que no debe demandarse. / ¡Ven, Asusunamir, te maldeciré con una maldición poderosa! La comida de los albañales de la ciudad será tu comida, / Los desaguaderos de la ciudad serán tu bebida. La sombra de la pared será tu paradero, / El umbral será tu habitación, ¡Los fatuos y los sedientos abofetearán tu mejilla!" Ereskigal abrió la boca para hablar, / (30) Diciendo (estas) palabras a Namtar, su visir: "Vamos, Namtar, llama a Egalgina, / Adorna los umbrales con piedra de coral, Entra a los Anunnaki y siénta(los) en tronos de oro, ¡Salpica a Istar con el agua de vida y llévatela de mi presencia!" Se fue Namtar, llamó en Egalgina, / Adornó los umbrales con piedra de coral, Hizo entrar a los Anunnaki, sentó(los) en tronos de oro, Roció a Istar con el agua de vida y se la llevó de su presencia. Cuando la primera puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió el calzón de su cuerpo.
(40) Cuando la segunda puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió las abrazaderas de sus manos y pies. Cuando la tercera puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió el ceñidor de piedras de alumbramiento de sus caderas, Cuando la cuarta puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió los adornos de su pecho. Cuando la quinta puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió las cadenas de su cuello. Cuando la sexta puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió los pendientes de sus orejas. Cuando la séptima puerta le hubo hecho cruzar, / Le devolvió la gran corona de su cabeza. "Si no te paga el precio del rescate, hazla volver. En cuanto a Tammuz, el amante de su juventud, / Lávale con agua pura, úngele con aceite suave; Vístele con una prenda roja, deja que taña una flauta de lapislázuli. Que las cortesanas giren [a su] melodía".
[Cuando] Belili estaba ensar[tando] sus alhajas, / [Y su] seno estaba lleno de "piedras de ojo", Al oír el sonido de su hermano, Belili metió las joyas en [...]
De modo que las "piedras de ojo" llenaron el [...]...
"Mi único hermano, ¡no me aportes mal! El día en que Tammuz suba a mí, Cuando con la flauta de lapislázuli (y) el anillo de cornerina suba a mí, Cuando con él los plañideros y las plañideras suban a mí, (Ez 8:14)
Levántense los muertos y huelan el incienso".

***

Ez. 8:14 - Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.

1 comentario:

  1. ! ah, los mitos !, cuanta sabiduria escondida encierran, enriquece nuestras alegrias de vivir, mas que cualquier religion sin sentido .
    Aberastain

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